Mi experiencia con la bicicleta había sido elitista hasta que entré en el mundo de Enchúlame la bici. Antes iba a la tienda y al taller de People for bikes, que tiene sucursales en colonias como Polanco, Santa fe, Coyoacán. Entrar allí es un experiencia religiosa, con esas luces bajas que dejan sólo entrever las bicicletas, como si fueran dioses intocables. Con precios que pueden superar los 200 mil pesos, son, para la mayoría, intocables o incluso obscenas. Sin embargo, cada vez que voy, escucho conversaciones del tipo:
-Me llevo la de carbono de 50 mil, pero ¿tendrás en color rojo?
-En color rojo cuesta 60 mil.
-Genial! ¿Me la puedes conseguir para hoy en la tarde?
Lo dicen con más naturalidad que yo cuando pido que me cambien un taco de frijoles por uno de chicharrón.